martes, 17 de enero de 2012

LA ALIMENTACIÓN INTELIGENTE

¡Para sacarse mejores notas!

Sacarse buenas notas depende en gran parte de que el cerebro reciba una adecuada nutrición. 

El cerebro contiene una enorme cantidad de neuronas, ¡más de 50 billones!. Estas células están activas tanto de día como de noche. Por eso requieren un aporte continuo y alto de energía. Llama la atención que el cerebro que apenas representa el 2% de la masa total corporal, requiere el 20% de toda la energía de nuestro cuerpo en reposo. El consumo de glucosa por el cerebro es aproximadamente de 120 gramos al día (unas 24 cucharaditas de miel, a modo de ejemplo).


Conviene señalar que la glucosa es el único combustible que pueden usar las neuronas. El cerebro es dependiente casi totalmente de su aporte continuo por la circulación arterial. 



Existe en el cerebro (hipotálamo) unos sensores que captan las fluctuaciones de glucosa en la sangre. Cuando esta desciende, condición conocida como hipoglicemia, se liberan unas hormonas que favorecen la producción de glucosa por parte del hígado, donde la glucosa se encuentra almacenada en forma de glucógeno. Por eso, de noche, cuando no comemos, la glicemia se mantiene permanentemente estable.




La glucosa que llega al cerebro, proviene de los alimentos que ingerimos. Para esto es importante un adecuado aporte de hidratos de carbono (pan, cereales, frutas, arroz, fideos) en la alimentación del escolar. Una parte de la glucosa se utilizará como energía inmediata, y el resto se almacenará como glucógeno en el hígado y músculo. Cada molécula de glucógeno contiene decenas de miles de moléculas de glucosa.




En los períodos de ayuna y entre una comida y otra, la glucosa proviene de las reservas del glucógeno que está almacenado en el hígado. Cuando los depósitos de glucógeno se agotan, el hígado es capaz de producir glucosa a partir de proteínas y también de grasas. Las responsables de estos ajustes, son unas hormonas que se liberan a la sangre cunado los niveles de glucosa descienden. Entre estas hormonas destacan el glucagón, la adrenalina, el cortisol y la hormona de crecimiento. 




A nivel cerebral, cuando desciende el aporte de glucosa, este órgano realiza ajustes con el fin de disminuir su consumo, reduciendo su metabolismo. Esto lleva a un enlentecimiento de algunas funciones cerebrales, donde la capacidad de aprendizaje es de las primeras en verse afectada.




Pero, no sólo la glucosa es importante para un buen funcionamiento cerebral. También lo son otra serie de nutrientes como son vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales (omega 3 y omega 6); que constituyen la materia prima para la reparación de las estructuras dañadas de las neuronas y para la fabricación de las sustancias químicas (neurotransmisores) que permiten realizar las funciones propias del cerebro, como son la memoria, la capacidad de aprendizaje, resolver problemas e incluso el estado emocional.


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